Llegar sano y salvo
Después de haber planeado bien un viaje llega el momento de la verdad, de arrancar motores, de ponerse en marcha, de salir a la carretera.
La mayoría de motoristas que salen cada día a la carretera piensan que los accidentes o las eventualidades no van con ellos, pero si se recapacita un poco, las estadísticas están en contra de esa premisa. Por tanto, siempre hay que estar prevenidos y estar muy atentos y concentrados en cada momento. La concentración en un viaje, salida, o ruta es extremadamente importante, ya que un pequeño despiste de pocos segundos puede ser suficiente para tener un accidente. Reflexionad sobre estos datos; a 120km/h recorremos en un segundo 33,33m, si tuviésemos que frenar de repente por una emergencia tardaríamos, si estamos atentos, desde que vemos el problema hasta presionar la maneta, un segundo. Suponiendo que lo hiciésemos con toda la potencia, recorreríamos unos 50 o 60m hasta parar. Si aumentáramos la velocidad de 120 a 150km/h, pese a que el aumento de la velocidad es sólo del 25%, la distancia de frenada se incrementaría en un 56%.
La distancia de seguridad en la mayoría de conductores, especialmente en moto, se respeta muy poco, pero es uno de los factores determinantes, si se respeta, de salvar situaciones de riesgo. Si hacemos caso de los datos anteriores entenderéis que es totalmente necesario respetarla.
Sabemos que una moto es mucho más vulnerable e inestable que un coche, por la sencilla razón que se apoya al suelo solo con dos ruedas, y los ocupantes no están protegidos por una carrocería. Si os fijáis un instante y reflexionáis sobre la superficie de apoyo o de contacto de un neumático al suelo, es decir, la huella, es minúscula comparada con la de un coche. Por lo tanto, desestabilizarse es siempre mucho más sencillo.
Seguir las trazadas correctas cuando viajamos tanto por carretera o pista es también una acción importantísima que evitará sustos innecesarios. Estoy cansado de ver, y me pongo cada vez que lo veo las manos en la cabeza, a muchos motoristas invadir el carril contrario de la vía en muchas curvas. Corregir esta mala y peligrosa praxis no es tan complicado. En primer lugar hay que tener consciencia de ello. Si vemos que no lo podemos evitar por distintas razones, habrá que ponerle remedio. El motivo principal de este mal vicio se debe en la mayoría de los casos, el no tener conocimiento de cómo trazar las curvas. Para ello hay que aprender a leer el trazado, y ¿cómo se aprende? Pues sencillamente anticipando la mirada hacia donde queremos dirigir la moto en todo momento. Esta lejanía de mirada es la que os dará la información suficiente de cómo será la siguiente curva. Si perdéis esta lejanía y concentración, aunque solo sea por un instante, tendréis muchas más posibilidades de perder el control de la moto, invadir el carril contrario, o saliros de la carretera. Si vais en grupo, es importante no pegarse al de delante, por la sencilla razón de que perderéis la visión del trazado, y estaréis a merced de los errores del que os precede.
El tiempo de reacción ante cualquier eventualidad es otro de los factores que provoca accidentes. Si practicáis el tiempo de reacción, sobre todo en maniobras de frenada o esquivas, habréis ganado muchos enteros para que cuando sea necesario actuéis sin pensar de manera automática, y así evitar el accidente. El tiempo de reacción es el instante que se tarda en procesar un problema y ponerle remedio presionando manetas, puños o palancas.
Otra garantía de éxito para llegar al final de la ruta o viaje es preservar y gestionar el combustible. Si se conduce innecesariamente agresivo, el consumo de vuestra moto aumentará considerablemente y por tanto reducirá la autonomía de manera drástica. Por lo tanto, todos los cálculos que hayáis hecho de antemano no os servirán de nada.
¿Cómo gestionar bien el combustible? Hay que conducir de manera eficiente, arrancar suavemente sin apurar la primera, usar marchas largas a pocas revoluciones, cambiar sin apurar hasta la zona roja, no perpetrar acelerones inútiles, llevar los neumáticos en buen estado, a las presiones adecuadas, e incluso aumentar la presión del neumático trasero si se va con pasajero o muy cargado. Hay que reservarse hasta que lleguéis a los tramos donde sí queráis disfrutar totalmente de la moto, entonces será el momento de disfrutar al máximo.
Es importante al salir a la vía Pública adoptar una buena actitud de respeto hacia los demás. Es imprescindible pensar que no estamos solos, que hay que compartir la ruta con el resto de conductores de todo tipo de vehículos que tienen el mismo derecho que vosotros de circular, por eso hay unas normas de circulación. Si estas normas os ahogan y no permiten desatar las ganas de dar rienda suelta a vuestra moto, buscad parajes o tramos de poco tráfico, lejos de la masa, pero hasta entonces reservaros. Si os dais cuenta de que no lo podéis evitar, cambiad de estrategia, dirigiros a un circuito privado y todos seremos más felices.
Gozar de la moto no es tan sencillo como nos pintan las películas, los vídeos, o los reportajes y la responsabilidad de conducir una moto es muy alta. Es típico en nuestro país y en una gran mayoría de conductores escuchar que todos saben conducir, gran error. Es posible que algunos de ellos tengan grandes cualidades, pero nunca se sabe lo suficiente. Hay que ser consciente del nivel de conducción que uno tiene y el que se requiere, y lo podéis averiguar de manera sencilla dirigiéndoos a un centro especializado de conducción para medir vuestras cualidades. En estos centros escuela se pueden practicar frenadas de emergencia, en seco y en mojado, mejorar la técnica de conducción, practicar trazados, corregir la posición, etc. De esa manera, podréis estar seguros de lo que sois capaces y salir a la aventura con más garantías.
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