La máxima aspiración de una marca de neumáticos se puede resumir en dos palabras, seguridad y agarre (grip). Para conseguir la máxima adherencia al asfalto se invierten año tras año millones de euros, se realizan miles de pruebas, y decenas de ingenieros investigan día a día para conseguir nuevas tecnologías. Cada marca busca su propio camino para llegar al mismo objetivo y Continental tiene uno muy característico. La tecnología básica para fabricar un neumático es muy parecida entre todas las marcas, pero cuando se busca un mayor rendimiento, es cuando las tecnologías especiales y específicas marcan la diferencia de su comportamiento y es cuando el usuario lo agradece y lo premia adquiriendo confianza en su producto.

De entre todas las tecnologías propias de Continental hay dos en concreto que aumentan la personalidad de la marca, y son las que destacan sobre las otras por su peculiaridad. La más recientes y avanzadas son la GripLimitFeedback que incrementa el nivel de seguridad en ángulos extremos de inclinación ya que el neumático transmite información al conductor del alcance del límite del neumático, evitando así situaciones críticas y ofreciendo un mayor nivel de confort en el límite, la que perdura en el tiempo y aporta confianza es la ZeroDegree, de construcción de cintura de acero 0° que garantiza una extrema estabilidad a altas velocidades y optima absorción de impactos, y la idónea para el invierno RainGrip, con un nuevo compuesto que dota al neumático de un mayor agarre en mojado, aumentando también el kilometraje.

Pero hablemos de las que sorprenden por su pragmatismo, MultiGrip y TractionSkin. Me acuerdo años ha, cuando estrenaba neumático nuevo, que antes de salir a la calle el operario que había cambiado las ruedas me advertía, “Recuerda de hacer algunos kilómetros antes de frenar y girar al máximo que el neumático está cubierto de una parafina que patina” Qué momentos tan críticos. Más de alguno se ha ido por los suelos al olvidar este consejo. Pues bien, Continental, conocedor de este incómodo inconveniente puso en práctica un sistema de vulcanización especial para que al sacar los moldes de el neumático se desprendiese el neumático sin necesidad de aditivos innecesarios. La tecnología TractionSkin permite estrenar el neumático sin miedo de deslizamientos peligrosos y evita que el neumático patine recién montado, además suprime el rodaje inicial del neumático dotándolo de una superficie micro-rugosa, convirtiéndolo en el neumático más seguro desde el principio.

Hubo una época en que los ingenieros se estrujaban el cerebro para conseguir un compromiso entre agarre y durabilidad entre toda la banda de rodadura, ya que los laterales se estropeaban antes que la parte central. Hicieron inventos con diferentes compuestos en cada sección, pero el resultado final fue que la durabilidad se contradecía con el agarre. Por suerte, y gracias a la tecnología MultiGrip encontraron la solución al problema.

Esta última tecnología es la evolución lógica de su predecesora ContinuousCompound, el primer intento de evolución hacia el buen camino. MultiGrip dota al neumático de una mayor resistencia a la rodadura gracias a su banda central más dura. Incorpora además, menos dureza en los hombros del neumático, lo que garantiza la seguridad y proporciona el máximo agarre en inclinaciones, y lo más importante, La tecnología asegura un desgaste homogéneo sin escalones gracias al control de la temperatura en el momento de su vulcanización. Resumiendo, se trata de obtener mejor agarre gracias a la flexibilidad en el área de los hombros, obtener una banda de rodadura resistente al desgaste, conseguir mayor kilometraje y un desgaste homogéneo.

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